>>> ¡Los médicos de todo el mundo están informando un aumento de los casos de diabetes de aparición reciente más probablemente provocados por el COVID-19! &g

Noticias COVID-19 : A nivel mundial se está presenciando un nuevo fenómeno en el que aquellos que nunca antes habían tenido un historial de diabetes pero al ser infectados con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 están experimentando una elevación repentina de los niveles de azúcar en sangre y en algunos casos están terminando con diabetes en toda regla semanas después de la llamada 'recuperación del COVID-19'.
Thailand Medical News ya ha informó sobre el aumento en el número de personas, especialmente adultos jóvenes e incluso niños infectados con COVID-19, pero sin antecedentes previos de diabetes que desarrollaron la enfermedad ya en junio de 2020
En Bethesda-Maryland, el Dr. Mihail Zilbermint está acostumbrado a tratar la diabetes mientras dirige un equipo especial que atiende a pacientes con trastornos metabólicos en un Hospital Suburbano. Sin embargo, a medida que el hospital admitía un número creciente de pacientes con COVID-19, su número de casos se disparó.

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Dijo: “Antes, solíamos atender a unos 18 pacientes por día. Ahora su equipo cuida hasta 30 al día ".
Curiosamente, muchos de esos pacientes no tenían antecedentes de diabetes. Algunos que desarrollaron niveles elevados de azúcar en sangre mientras tenían COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, volvieron a la normalidad cuando salieron del hospital. Otros regresaron a casa con un diagnóstico de diabetes en toda regla.
El Dr. Zilbermint dijo: "Definitivamente hemos visto un aumento en los pacientes recién diagnosticados".
Pero es preocupante que no solo los pacientes hospitalizados con COVID-19 hayan comenzado a manifestar este rasgo, ahora se está viendo también en muchos que solo tenían afecciones leves de la enfermedad COVID-19 o estaban asintomáticos y ahora se está convirtiendo en una tendencia
Se está presenciando en muchos países como China, India, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, etc., mientras que en ciertos países como Tailandia y Singapur, las personas que estaban asintomáticas junto con sus médicos, son ajenas a las posibles conexiones.
Aunque COVID-19 a menudo ataca los pulmones, se asocia cada vez más con una variedad de problemas que incluyen coágulos de sangre, trastornos neurológicos y daño renal y cardíaco.

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Los científicos dicen que la diabetes de nueva aparición pronto se puede agregar a esas complicaciones, tanto la tipo 1, en la que las personas no pueden producir la insulina necesaria para regular su azúcar en sangre, como la tipo 2, en la que producen muy poca insulina o se vuelven resistentes a su insulina, haciendo que sus niveles de azúcar en sangre aumenten.
Sin embargo, los científicos no saben si COVID-19 podría acelerar el desarrollo de problemas o si realmente los causa o ambos.
Ya existen razones para creer que el virus SARS-CoV-2 podría afectar el páncreas y también el sistema endocrino, lo que lleva al desarrollo de diabetes ya que la producción de insulina se ve afectada.
Ya en enero de 2020, los médicos de Wuhan, China, notaron niveles elevados de azúcar en sangre en pacientes con COVID-19. Los médicos en Italia, otro punto caliente temprano, se preguntaron si los diagnósticos de diabetes podrían seguir, dada la asociación observada desde hace mucho tiempo entre las infecciones virales y la aparición de la diabetes. Esa asociación se observó en brotes anteriores de otras enfermedades por coronavirus como la influenza y el SARS.
Sin embargo, un año después de que comenzara la pandemia, la naturaleza precisa y el alcance del vínculo entre el COVID y la diabetes siguen siendo un misterio. Muchos de los que desarrollan diabetes durante o después del COVID-19 tienen factores de riesgo, como obesidad o antecedentes familiares de la enfermedad. Los niveles elevados de glucosa en sangre también son comunes entre quienes toman dexametasona, un esteroide que es un tratamiento de primera línea para COVID-19.

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Algunos casos también han ocurrido en pacientes sin factores de riesgo conocidos o problemas de salud previos. Y algunos casos se desarrollan meses después de que el cuerpo ha eliminado el virus.
A 47-year- John Kunkel, antiguo ejecutivo bancario de Evening Shade, Arkansas, fue uno de los casos sorpresa. Fue hospitalizado con COVID-19 a principios de julio. Durante una visita de seguimiento con su médico, se enteró de que tenía niveles de glucosa en sangre peligrosamente altos y fue readmitido. Desde entonces, Kunkel ha recibido un diagnóstico de diabetes tipo 2.
Dijo: “No tenía problemas de salud preexistentes. Me quedé asombrado. ¿Por qué?" Kunkel ha tenido cinco visitas a la sala de emergencias y tres hospitalizaciones desde que recibió COVID-19. Recientemente perdió su trabajo porque no pudo regresar a trabajar debido a sus continuos problemas de salud. "¿Recuperarás tu vida?" preguntó. "Nadie lo sabe."
Ahora se estima que hasta el 14,4% de las personas hospitalizadas con COVID-19 grave desarrollaron diabetes, según un análisis global publicado el 27 de noviembre en la revista Diabetes, Obesity and Metabolism.
En ese estudio, un grupo internacional de investigadores examinó informes de hiperglucemia no controlada, o niveles altos de azúcar en sangre, en más de 3.700 pacientes con COVID-19 en ocho estudios. Si bien esos diagnósticos podrían ser el resultado de una respuesta observada durante mucho tiempo a una enfermedad grave o al tratamiento con esteroides, escribieron los autores, un efecto directo del COVID-19 "también debe considerarse".
Las preocupaciones de que el COVID-19 podría estar directamente implicado también fueron respaldadas, dijeron, por las dosis excepcionalmente altas de insulina que los pacientes diabéticos con COVID-19 grave a menudo requieren y las peligrosas complicaciones que desarrollan.

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Hasta la fecha, los investigadores no entienden exactamente cómo COVID-19 podría desencadenar la diabetes tipo 1 o tipo 2, o si los casos son temporales o permanentes. Pero están corriendo para encontrar respuestas a estas y otras preguntas, incluido si el nuevo coronavirus puede haber generado un tipo de diabetes completamente nuevo que podría presentarse de manera diferente a las formas tradicionales de la enfermedad.
El Dr. Francesco Rubino, profesor de cirugía de diabetes en el King's College de Londres, está convencido de que existe una conexión subyacente entre las enfermedades.
Durante el verano de 2020, él y un grupo de otros expertos en diabetes lanzaron un registro global de pacientes con diabetes relacionada con COVID-19. Después de que corrieran la voz con un editorial en el New England Journal of Medicine, respondieron más de 350 instituciones de todo el mundo, dijo.
Esta base de datos está acumulando pacientes, más de 150 hasta ahora, aunque los investigadores tardarán meses en examinar los datos para sacar conclusiones. “Realmente necesitamos profundizar más”, dijo Rubino. "Pero parece que tenemos un problema real con COVID y diabetes".
Es importante destacar que algunos de los casos informados en su base de datos no se ajustan al perfil habitual de diabetes tipo 1, en la que el páncreas produce poca o ninguna insulina, o tipo 2, en la que las personas se vuelven resistentes a la insulina, dijo.
Normalmente, un paciente con un tipo de diabetes experimentará complicaciones específicas; por ejemplo, las personas con diabetes tipo 1 pueden quemar sus reservas de grasa, o las personas con diabetes tipo 2 pueden experimentar un síndrome que puede implicar deshidratación severa y coma cuando el cuerpo bombea el exceso de azúcar en la sangre a la orina. En algunos pacientes con COVID-19, sin embargo, las complicaciones cruzan los tipos.
El Dr. Rubino advirtió: “Existe una buena posibilidad de que el mecanismo de la diabetes no sea típico. Podría haber una forma híbrida. Es preocupante ".

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El Dr. Rubino está especialmente preocupado por los informes de diagnósticos de diabetes después de infecciones leves o asintomáticas por coronavirus. A medida que sigue aumentando el número de nuevas infecciones por coronavirus, dijo, "se podría ver un nuevo volumen significativo de diagnósticos de diabetes".
En la actualidad, la diabetes ya está aumentando a un ritmo alarmante en los Estados Unidos y también en muchos países del mundo.
Solo en Estados Unidos, se estima que 34,2 millones de personas, o el 10,5 por ciento de la población, padecen el trastorno, según datos federales de salud. Y aproximadamente 1 de cada 3 estadounidenses, o 88 millones de personas, tienen prediabetes, lo que indica que están en camino al tipo 2.
Si la enfermedad no se controla, la enfermedad puede dañar muchas partes del cuerpo y se asocia con complicaciones graves, incluido el corazón. enfermedad, accidente cerebrovascular, ceguera, insuficiencia renal y daño nervioso.
Sin embargo, no está claro si las personas con diabetes recién diagnosticada después del COVID-19 tendrán un problema de por vida.
Curiosamente, después de la pandemia de SARS de 2003, los investigadores chinos rastrearon a 39 pacientes sin antecedentes de diabetes que habían desarrollado diabetes aguda pocos días después de la hospitalización por SARS. Para todos menos seis, el nivel de azúcar en sangre había caído cuando fueron dados de alta, y solo dos todavía tenían diabetes después de dos años.
Los investigadores también encontraron evidencia de que el virus del SARS podría atacar las células beta productoras de insulina en el páncreas
Las células beta juegan un papel protagónico en ambos tipos de diabetes: los cuerpos de las personas con diabetes tipo 1 atacan y destruyen las células por completo, deteniendo la producción de insulina . Los diabéticos tipo 2 se vuelven resistentes a la insulina que producen, por lo que las células beta producen más y más y, finalmente, se desgastan.
La Dra. Katie Colbert Coate, investigadora de diabetes e instructora de investigación en medicina del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, dijo a Thailand Medical News: “Si los científicos pudieran descubrir cómo o si la infección viral puede dañar las células beta, o qué papel juegan los virus e